¿Se puede oscilar entre el optimismo y el pesimismo? La oposición entre Júpiter y Saturno se refiere a esta pregunta y la respuesta es sí. Estas dos tendencias pueden llegar a coexistir perfectamente.
La enseñanza reside en saber regular los riesgos y la excesiva confianza y poder a través de una gran capacidad de crítica llevar a la práctica las ideas El reto de Júpiter y Saturno se define en encontrar el auténtico propósito de la propia vida enfrentándose a los miedos y dudas que tiene el proceso de crecer .
Estos contactos son llamadas para demostrar quienes somos realmente.
Continuando con la dinámica celeste, la conjunción de Venus y Marte en Libra iguala la naturaleza receptiva y resuelta de este configuración. Somos conscientes que hay que negociar .
El signo de Libra es el lugar y el contexto, desde lo social, para la conexión intelectual.
Aquí afecto y mente se fusionan pero también lo que valoramos y nos brinda seguridad entra en escena.
No todas las combinaciones planetarias que hace Venus, se las deben asociar a los vínculos o temas amorosos únicamente. Venus, además, se ocupa y maneja todo lo relacionado con las finanzas, inversiones, posesiones y asuntos que conciernen todo tipo de sociedades, donde la participación juega un rol significativo.
Se presenta un fin de semana en el cual el canto de la sirena puede hechizarnos y dejarnos desarmados una vez finalizado el sortilegio. A esta situación se agrega la intervención de Saturno y Plutón, activando las reglas del juego y las lecciones de supervivencia.
Para completar este panorama Mercurio (el mensajero de los dioses) se pone retrógrado en Virgo el viernes 20 y hasta mediados de septiembre no regresa a su movimiento directo. Durante estas tres semanas la mente, el cuerpo y el espíritu se ajustan para revaluar, repensar y saber esperar las decisiones que concreten el bien estar.
Hay que tener en claro que es lo que verdaderamente queremos.
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