El protagonismo de Venus y el traslado de Mercurio con el
Sol al signo de Acuario marcan una semana inquietante en lo vincular y mental.
Cuando Venus y Júpiter se contactan la influencia jupiteriana puede impulsarnos
a cometer excesos en las relaciones como sucede por estos tiempos. Está la posibilidad de salir a la búsqueda
de una satisfacción inmediata con respecto a algún asunto sin trascendencia y
complicarnos la existencia por el simple hecho del goce ocasional. A la vez la
necesidad de controlar y cautivar se hace presente por cortesía de Plutón junto
a Venus en Capricornio. Seguramente en estos días nos sentiremos propensos a
manipular a las personas que creemos que amamos como estar obsesionados por
ellas. Durante este tránsito planetario de Venus con Plutón, obligar a alguien
a que nos ame es someterlo a nuestra voluntad y capricho que no conduce a nada.
Desde el lado positivo de este aspecto se experimentará la oportunidad de
liberarnos de las antiguas pautas del deseo para alcanzar un enfoque totalmente
nuevo. Es la purga astral que ayuda a
apreciar muchas de las cosas de la vida antes inadvertidas. La colaboración de
Saturno con la diosa de los afectos, Venus, este jueves 17 interviene para recoger
aquello que hemos aprendido y convertir este período en una etapa madura como productiva.
En esta ocasión escuchar a los mayores es siempre útil e instructivo. El sábado
19 Mercurio y el Sol ingresan en Acuario, el signo más vanguardista del zodíaco,
incitando otras cosas, saboreando el futuro y resaltando la originalidad como un
talento indiscutible. Atreverse a lo desconocido es el desafío que presenta
este signo de aire.
Para Capricornio y Acuario ubicarse en el podio no es
problemático, para Géminis y Libra evaluar sus dones es una obligación y para
Aries ceder ante los cambios es todo un reto.
Rita Astarté.
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